La ciudad es el hábitat principal del ser humano. En ella vivimos, a ella nos adaptamos y entre todos y todas hacemos y transformamos la ciudad. La ciudad es difícil, hostil, injusta, insostenible… pero a la vez es sugerente, dinámica, vital, influyente… Queremos mejorar nuestras ciudades, que sean más sostenibles, más habitables… que sean lugares donde querer vivir.
Entendemos la ciudad como un entramado de procesos ecológicos y sociales y, por eso, nos valemos de la ecología, la educación y las ciencias sociales para abordar la intervención en los entornos urbanos. Partimos de la ciudad como un socio-ecosistema, que como tal, se relaciona con el resto de socio-ecosistemas, de los que demanda servicios. Cuanto menor sea la demanda externa, y mayor la provisión directa por el propio ecosistema urbano, mayor será la sostenibilidad y resiliencia de las ciudades. Y eso pasa por fomentar prácticas sociales, comunitarias, que mejoren la gobernanza de la ciudad. Por eso, en nuestro trabajo se combina esa doble perspectiva ecológica y social, es decir, socioecológica.
Nos proponemos transferir la ciencia a la sociedad. Aplicamos el pensamiento sistémico desde una perspectiva multiescalar, con un enfoque socioecológico incorporando otras miradas: económicas, políticas, culturales… Pero quizá la más importante es la de sus protagonistas: los ciudadanos y ciudadanas. Por eso, nuestro trabajo no es solo hacer investigación aplicada y consultoría innovadora que facilite el diseño de políticas, que evalúe el impacto de las mismas o que genere propuestas desde el territorio. Nuestro trabajo se encamina también a desarrollar herramientas educativas y formativas, que promuevan la reflexión y el aprendizaje para la transformación de la ciudad, y a facilitar procesos participativos encaminados a empoderar a los actores involucrados en esas transformaciones.
Todo ello con el objetivo de tender puentes entre ciencia y sociedad, para que conjuntamente sean el motor de cambio de nuestras ciudades y del territorio con el que se relacionan. Pero, sobre todo, para proporcionar herramientas que generen la confianza y el compromiso de la ciudadanía, ya sean vecinos, técnicos, alcaldesas o concejales; los actores protagonistas de las transformaciones que nuestras ciudades necesitan.